MODA INCLUSIVA EN MÉXICO

MODA INCLUSIVA EN MÉXICO

¿MITO O REALIDAD?

La promesa de diseñadores y marcas de ofrecer prendas para todo tipo de cuerpos resuena como un eco esperanzador, especialmente en las redes sociales, donde las frases como “somos una marca inclusiva” parecen abrir las puertas de un mundo en el que cualquier persona, sin importar su tamaño, puede acceder a la moda. 

Pero cuando miramos más de cerca, la realidad de la inclusión de tallas en México cuenta otra historia, una que sigue plagada de limitaciones y barreras invisibles. Para muchas personas, especialmente aquellas que tienen cuerpos grandes, la moda mexicana aún se siente como un club exclusivo del cual no son parte.

La ilusión de la inclusión

Si bien algunas marcas han realizado campañas con modelos de tallas “normales” (es decir, cuerpos que no siguen los estereotipos de la alta moda), la realidad es que el acceso a estas prendas sigue siendo limitado. Los cuerpos representados en esas campañas pertenecen a un espectro muy reducido de diversidad, dejando fuera a las personas que realmente tienen tallas fuera del rango estándar. En México, esta falta de representación es aún más aguda. Aunque se ha comenzado a incluir modelos con características más diversas, la oferta real de ropa en tallas grandes es mínima. 

Barreras estructurales: Diseño y educación

Uno de los principales problemas detrás de la falta de inclusión en las tallas es la falta de formación adecuada en las escuelas de diseño. La mayoría de los estudiantes de moda en México reciben formación basada en un estándar de talla pequeña, lo que perpetúa la idea de que solo esos cuerpos son los que merecen ser vestidos. Cuando se enseña a diseñar únicamente para cuerpos delgados, se deja de lado la posibilidad de crear prendas que realmente se adapten a la diversidad de cuerpos que existen en la realidad.

Las pocas opciones disponibles: Fast fashion y marcas extranjeras

Para las personas de tallas grandes en México, las opciones de ropa de calidad son extremadamente limitadas. Muchas veces, la única opción accesible es recurrir al fast fashion, con marcas internacionales como Forever21, H&M o Shein. Si bien estas ofrecen más variedad de tallas, la calidad de los materiales y la durabilidad de las prendas suele ser inferior.

En el mercado local, existen algunas marcas de tallas grandes, pero muchas de ellas carecen de la misma atención al detalle en el diseño y confección que otras líneas de ropa para tallas pequeñas. El resultado es que las personas con cuerpos más grandes se ven obligadas a conformarse con prendas que no reflejan su estilo o personalidad.

Las marcas y la gordofobia

La falta de inclusión de tallas en la moda mexicana no es solo un problema técnico o de mercado, sino también un reflejo de los prejuicios que existen en la sociedad. La gordofobia, es decir, el rechazo y la discriminación hacia las personas gordas, está profundamente arraigada en la cultura. Esto afecta tanto a los diseñadores como a los consumidores, perpetuando la idea de que los cuerpos grandes no son “dignos” de la moda. En lugar de adaptar la ropa a los cuerpos de las personas, la industria de la moda ha insistido en que sean las personas quienes modifiquen sus cuerpos para caber en la ropa. 

El futuro de la moda inclusiva en México

La inclusión de tallas no es solo una tendencia, es una necesidad. En México, muchas personas esperan con ansias el día en que puedan caminar por cualquier tienda y encontrar ropa que les quede bien y que refleje su estilo personal. La industria de la moda mexicana tiene una gran oportunidad para liderar este cambio y demostrar que la moda es para todos, sin importar su talla. Pero para lograrlo, es necesario dejar atrás el mito de la inclusión y enfrentarse a la realidad con un compromiso genuino de diseñar para la diversidad de cuerpos. La demanda está ahí; lo que falta es la oferta. 

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